Recordando a un Héroe Local: La Vida y Legado de Adrián Paz Escobar
Bienvenidos de nuevo a nuestro blog, donde recordamos a personajes ilustres de Ciudad Delgado. En esta oportunidad, queremos honrar la memoria de un hombre muy querido y apreciado en nuestro distrito: Don Adrián Paz Escobar. Aunque ya hace algunos años dejó esta tierra, su legado sigue vivo. Acompáñanos en este viaje a través de su vida y sus contribuciones.
Un Hombre de Visión: El Organizador del Fútbol
Adrián Paz, conocido popularmente como "Papi Paga" y más tarde como "el Viejo Adrián", fue un empresario exitoso y propietario de la famosa cadena de librerías "2001". Compitió en los años 80 y 90 con la renombrada Libreria y Papelera Hispanoamérica. Sin embargo, antes de construir su imperio, era un ciudadano común y corriente de Ciudad Delgado.
Orígenes Humildes y Sueños Grandes
Residente en una pequeña casa del pasaje número 2 de la colonia Cuscatlán, Adrián era un salvadoreño más dentro de la fuerza laboral del país. Originario del cantón El Caulote de Suchitoto en el departamento de Cuscatlán, llegó a la capital huyendo de los horrores de la guerra civil salvadoreña.
Sus vecinos de los años 80 aún recuerdan a Adrián llegando a casa en motocicleta después de trabajar o estudiar. Poseía objetos considerados lujos en esa época, como una motocicleta y un reproductor de Betamax, con los que compartía películas de artes marciales y otros géneros con sus amigos y vecinos. Por supuesto con el éxito posterior todo se volvió más lujoso mudándose a un mejor lugar, para nosotros que vivimos los sufrimientos y necesidadesdel pasado conflicto armado, todo aquello era un lujo.
El Torneo de Fútbol Callejero
Uno de los recuerdos más entrañables de Adrián es su organización de un torneo de fútbol callejero en las colonias Beatriz y Cuscatlán. Este evento peculiar se jugó en una pendiente de 30 grados que por supuesto era en la calle principal de ambas colonias y ofrecía una rara oportunidad de diversión en medio de los tiempos difíciles de la guerra civil.
Aunque el torneo no duró mucho debido a una intervención de las fuerzas de seguridad, la guardia nacional y la policia de hacienda, esto no detuvo a Adrián. Decidido a continuar, encontró una nueva sede en la cancha de la colonia Santa Alegría. Con el tiempo, esta cancha se transformó gracias a los esfuerzos de Adrián y otros jóvenes entusiastas, así como beneficiada por el terremoto de 1986 pues todos los escombros fueron a parar a ese barranco y se convirtió en la cancha Santa Alegría.
Un Líder en el Deporte
Adrián logró inscribir su equipo en el circuito de la Federación Salvadoreña de Fútbol, comenzando desde la categoría más baja. Con perseverancia y talento, su equipo ascendió rápidamente, ganando torneo tras torneo.
La Liga de Ascenso y la Caída
El punto culminante de su carrera deportiva llegó cuando su equipo alcanzó la liga de ascenso, la segunda categoría del fútbol profesional en El Salvador. Sin embargo, una hexagonal final perdida marcó el comienzo de una serie de desventuras. Malas amistades, costumbres excéntricas y despilfarros llevaron al declive de sus negocios.
Adrián terminó con solo una pequeña sala de ventas, en la que la mayoría de los productos estaban desfasados. Enfrentó problemas de salud, incluyendo un derrame que lo alejó de sus actividades favoritas. A pesar del amor y apoyo de sus amigos mas cercanos con quienes vivio sus ultimos dias, falleció tras una caída, dejando atrás un pasado de glorias deportivas y empresariales.
El Legado de un Filántropo
Adrián Paz Escobar no solo fue un apasionado del fútbol, sino también un filántropo. Vestía a sus rivales con uniformes deportivos, regalaba balones de fútbol y creó categorías inferiores para su equipo. Entrenaban de lunes a viernes en la cancha, y el primer equipo lo hacía de noche bajo la iluminación que él mismo instaló, todas sus categorías menores participaban en torneos locales y federados, a los cuales uniformaba y calzaba.
Después de los partidos de fin de semana, llevaba a los jóvenes y algunos aficionados al lago de Ilopango para nadar y disfrutar de una comida. Su generosidad no conocía límites; daba dinero y apoyo a quien lo necesitaba, de hecho uno de sus ayudantes y bolero del equipo es el simpático Robertillo de quien ya escribimos en un post anterior.
Conclusión: Un Ejemplo a Seguir
Adrián Paz Escobar fue un hombre que, a pesar de las adversidades, dejó una huella imborrable en Ciudad Delgado. Su dedicación al deporte y su espíritu generoso siguen siendo recordados por todos los que tuvieron la suerte de conocerlo.
¿Y ustedes, delgadenses, qué recuerdan de este ilustre personaje? Compartan sus historias y mantengamos viva la memoria de Adrián Paz Escobar, un verdadero héroe local. No te vayas y sigue explorando el blog, te invito a leer sobre las maquinitas de Ciudad Delgado.