Historia y uso cómico de fulano, mengano, zutano y perengano
Los nombres fulano, mengano, zutano y, en menor medida, perengano o perencejo son términos genéricos en el idioma español utilizados para referirse a personas de manera anónima o indeterminada. Estos nombres no corresponden a personas reales, sino que son formas gramaticales con raíces etimológicas que se remontan al árabe y el latín, y que han evolucionado para convertirse en herramientas lingüísticas versátiles, especialmente en contextos humorísticos y satíricos. A continuación, exploramos su origen histórico, su evolución y su uso cómico en la literatura y el habla cotidiana.
Orígenes históricos
Fulano
Etimología: Proviene del árabe fulān (فلان), que significa "persona cualquiera" o "tal persona". Este término entró al español durante la dominación árabe en la Península Ibérica (siglos VIII-XV) y aparece en textos medievales como las Siete Partidas de Alfonso X (siglo XIII), donde se usaba para designar a una persona genérica sin identificar [1].
Uso: Es el término más común y puede usarse solo o con un "apellido" ficticio, como "fulano de tal". Ejemplo: "Ha venido un fulano preguntando por ti". En su forma femenina, fulana, puede tener una connotación despectiva en algunos contextos, asociada a "prostituta".
Mengano
Etimología: Deriva del árabe man kān (من كان), que significa "quien sea". Al igual que fulano, su origen está ligado a la influencia árabe en el español medieval.
Uso: Suele aparecer en segundo lugar tras fulano en enumeraciones, como "Fulano y mengano hicieron esto". Es menos frecuente que fulano y rara vez se usa solo. Su forma femenina es mengana, y admite diminutivos como menganito o menganita.
Zutano
Etimología: Su origen es más incierto, pero la teoría más aceptada es que deriva de citano, proveniente del latín scitānus (de scitus, "sabido" o "conocido"). Otra hipótesis sugiere una relación con la interjección árabe ¡cit! o ¡zut!, usada para llamar a alguien cuyo nombre se desconoce. Con el tiempo, citano evolucionó a zutano por analogía fonética con fulano y mengano.
Uso: Generalmente aparece en tercer lugar: "Fulano, mengano y zutano". En algunas regiones, como Andalucía, se usa cetano en lugar de zutano, más cercano a citano.
Perengano o Perencejo
Etimología: Son términos más recientes y menos usados. Perengano podría ser una combinación del apellido común Pérez con mengano, mientras que perencejo (común en Puerto Rico, Colombia o Guatemala) podría derivar de Pero Vencejo, un nombre genérico para campesinos.
Uso: Se emplea como cuarto elemento en la serie: "Fulano, mengano, zutano y perengano/perencejo". Es menos frecuente y a menudo se omite.
Nombre | Origen | Significado | Uso Común |
---|---|---|---|
Fulano | Árabe fulān | Persona cualquiera | Solo o con "de tal", a veces despectivo |
Mengano | Árabe man kān | Quien sea | Segundo en la serie, menos frecuente |
Zutano | Latín scitānus | Sabido, conocido | Tercero en la serie, variante cetano |
Perengano | Posible cruce Pérez-mengano | Sin raíces claras | Cuarto, menos usado, variante perencejo |
Evolución y uso en la literatura
Estos nombres surgieron en la España medieval debido a la influencia árabe y se consolidaron en el Siglo de Oro (siglos XVI-XVII), particularmente en la literatura picaresca y el teatro barroco. En obras como Lazarillo de Tormes (1554), se usaban para referirse a personajes genéricos, permitiendo a los autores narrar historias sin comprometer identidades reales, lo que era útil en contextos de crítica social o sátira. Por ejemplo, en el prólogo de Lazarillo de Tormes, se menciona a "señor don Fulano", quien premia a un truhán por alabanzas inmerecidas, una burla a la vanidad humana.
En el teatro barroco, como en las obras de Lope de Vega o Calderón de la Barca, estos nombres servían como comodines para personajes secundarios, añadiendo un toque humorístico al anonimato. En Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599-1604), aunque no se encontraron menciones específicas de fulano en los fragmentos revisados, el estilo picaresco favorecía el uso de nombres genéricos para narrar las fechorías del protagonista, como "Fulano que le robó, Mengano que le engañó y Zutano que le persiguió".
Uso cómico en la cultura popular
El carácter humorístico de estos nombres radica en su capacidad para personificar lo genérico de manera exagerada o irónica. En la literatura picaresca, su uso permitía sátiras veladas, como en el caso de Lazarillo de Tormes, donde "don Fulano" representa a un noble vanidoso. En el habla cotidiana, estos nombres se emplean en chistes y anécdotas para crear un efecto cómico por su anonimato. Por ejemplo, frases como "Fulano, Mengano y Zutano van a un bar..." son comunes como inicio de chistes, similares a "Tom, Dick y Harry" en inglés.
En contextos modernos, el uso de estos nombres puede ser irónico o despectivo, como en "¡Quién se cree que es, Perico el de los Palotes!". La expresión fulano de tal añade un tono solemne pero humorístico, como en "Cualquier fulano de tal puede causar problemas". En algunos países, como México o Argentina, se usan diminutivos como fulanito o menganita para un tono más ligero o cariñoso.
En las redes sociales, como en publicaciones de X, se han encontrado referencias a estos nombres en contextos humorísticos. Por ejemplo, un usuario menciona "😂 Leer Fulano, Mengano, Zutano y Perencejo", sugiriendo un uso jocoso. Otro describe una situación ficticia donde "Fulano no responde, Mengano sale Pianifica tu respuesta va a un bar...", lo que indica su familiaridad en narrativas cómicas.
Variantes regionales y connotaciones
Estos nombres tienen variantes regionales, como cetano en Andalucía o esperancejo en Cuba. En femenino (fulana, mengana, zutana), fulana puede ser despectivo, especialmente en España, donde implica "prostituta". Los diminutivos (fulanito, menganita) suelen ser más neutros o afectuosos.
Conexión cultural
Estos nombres son un reflejo de la riqueza lingüística del español, con influencias árabes y latinas. Su uso en la literatura y el habla cotidiana los ha convertido en herramientas versátiles para la narración, la sátira y el humor. En otros idiomas, existen equivalentes como John Doe en inglés o Monsieur Untel en francés, pero la secuencia rítmica de "Fulano, Mengano y Zutano" es única en el español.
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Fuentes
El Mundo
Guioteca
Quora
Billiken
Primera Hora
Aprende Guatemala
El Tiempo
Los 40
20 Minutos
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