Ciudad Delgado y su Historia Cinematográfica: Crónica de una Época Dorada bajo la Sombra del Celuloide
Un viaje a través del tiempo y la memoria, donde las butacas de madera y las pantallas plateadas tejieron el alma cultural de un pueblo.
Cuando las Luces se Encendían en el Corazón de Ciudad Delgado
En las calles adoquinadas de Ciudad Delgado, entre el murmullo de los vendedores ambulantes y el aroma a café recién tostado, existió un tiempo en que el séptimo arte no solo entretuvo, sino que unió a una comunidad en medio del fragor de la historia. Hoy, mientras el siglo XXI avanza implacable, los ecos de aquellas salas de cine —el "Hispano", el "Rex" y el "Ancla"— persisten como susurros nostálgicos en la memoria colectiva de los delgadenses.
Capítulo I: El Cine como Refugio en Tiempos de Convulsión (1940-1970)
El Salvador en la Encrucijada: Entre el Progreso y el Conflicto
La historia cinematográfica de Ciudad Delgado se entrelaza con un período crítico para El Salvador: las décadas de 1950 a 1970, marcadas por la agitación social previa a la guerra civil (1980-1992). En este contexto, los cines no fueron meros lugares de entretenimiento, sino "santuarios donde la realidad se desvanecía ante el drama de las películas mexicanas, el heroísmo del viejo oeste estadounidense y los melodramas en blanco y negro".
Según registros del "Ministerio de Cultura de El Salvador", para 1960, el país contaba con más de 120 salas de cine, una cifra notable para su tamaño. Ciudad Delgado, en su apogeo urbano, albergó tres de ellas, rivalizando incluso con municipios vecinos como Mejicanos y el barrio San Jacinto.
Capítulo II: Los Tres Colosos del Celuloide
1. Cine Ancla: El Pionero de la Avenida Paleca
Inaugurado hacia "1940", el Ancla fue el primer cine en iluminar las noches delgadenses. Ubicado en la actual Avenida Paleca —entonces un bullicioso eje comercial—, su arquitectura combinaba elementos art déco con detalles coloniales. Los vecinos recuerdan su cartelera dominada por "películas de Cantinflas y las rancheras de Jorge Negrete", que atraían a familias enteras.
Tras una breve reapertura como "Cine Imperio" en los 60, el edificio terminó convertido en la "Fábrica de Muebles Imperio", simbolizando el fin de una era y el auge industrial de los 80. Hoy en día ha dado paso a el parque urbano de Ciudad Delgado.
2. Cine Hispano: Elegancia y Tradición en la Calle Gloria
Con butacas de terciopelo rojo y un vestíbulo adornado con murales de paisajes españoles, el Hispano se especializó en el cine europeo. Según el investigador cultural "Manlio Argueta", este cine fue clave para difundir el neorrealismo italiano en El Salvador, con proyecciones de "Ladrón de Bicicletas" (1948) y "Roma, Ciudad Abierta" (1945), que resonaron en una población ávida de reflexión social.
3. Cine Rex: El Templo del Western y la Acción
Mientras el Hispano cultivaba el arte, el Rex —a solo unos metros de distancia— apostaba por emociones fuertes. Los sábados por la tarde, niños y adultos llenaban sus sillas de madera para ver a "John Wayne y Clint Eastwood" cabalgar bajo un sol ficticio. Testimonios recogidos por la vecinos longevos de Ciudad Delgado revelan que, en 1967, el Rex organizó maratones de "spaghetti westerns", con precios promocionales de "dos colones por tres películas".
Capítulo III: La Cartelera que Unió a un Pueblo
Películas que Marcaron Época
- "Los Olvidados (1950)": La obra maestra de Luis Buñuel se proyectó en el Hispano en 1952, generando debates acalorados sobre la pobreza.
- "Ahí está el detalle (1940)": La comedia de Cantinflas en el Ancla congregó risas que aún resuenan en la memoria de los abuelos.
- "Por un puñado de dólares (1964)": El estreno en el Rex fue anunciado con volantes que decían: «¡Delgado se vuelve el Lejano Oeste!».
Rituales Sociales: Más Allá de la Pantalla
Las salas funcionaban como "plazas públicas techadas". Los jóvenes compraban «empanadas de leche» en los puestos aledaños, los enamorados aprovechaban la oscuridad para sostener manos tímidas, y los ancianos discutían los filmes en los negocios y cafés cercanos al cine. Como relata la escritora "Claribel Alegría" en sus memorias: «El cine no era solo ver… era vivir en colectivo».
Capítulo IV: El Ocaso de una Era (1970-1990)
La Guerra Civil y el Cierre de las Cortinas
El estallido del conflicto armado en 1980 aceleró el declive de los cines. Toques de queda, la migración masiva y el auge de la televisión a color vaciaron las salas. El Hispano cerró en 1978, convertido luego en bodega; el Rex resistió hasta 1985, y el Ancla, ya como fábrica, solo conservó su nombre como un epitafio.
Legado Arquitectónico: ¿Qué queda en pie?
Una investigación de "Salvador del Cine" (2021) detalla que solo el edificio del Rex mantiene su estructura original, hoy ocupada por una ferretería. En su fachada, hasta hace poco aun se veia un mural desgastado de un vaquero a caballo, pintado en los 60 como tributo a las películas de John Ford.
Epílogo: La Nostalgia como Herencia Cultural
Hoy, colectivos organizan proyecciones al aire libre en el Parque Urbano (ex Cine Ancla), usando proyectores antiguos para revivir clásicos. Mientras las nuevas generaciones ven "Roma" (2018) de Alfonso Cuarón en plataformas digitales, los abuelos susurran: «Esto ya lo vivimos… pero en butaca, con el rumor de la gente verdadera».
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Pero antes de irte puedes leer también sobre el toro negro, una leyenda de Ciudad Delgado.