Una crónica de valor y resistencia en medio del conflicto armado salvadoreño
El comienzo de la travesía
El 14 de noviembre, Jeny Arely Lemus Góchez, conocida por su seudónimo de guerra "Mayra", llegó a Ciudad Delgado tras una peligrosa retirada de San Marcos. Los días previos habían sido un torbellino de enfrentamientos cruentos y pérdidas irreparables. Cercados por las fuerzas del gobierno, el grupo guerrillero tomó una decisión estratégica: esconder las armas, dispersarse vestidos de civil y reagruparse al día siguiente.
"Tomé el microbús de la Ruta 4", relata Mayra. Durante el trayecto, el cobrador le advirtió que la guerrilla de las FAL tenía control sobre Ciudad Delgado. La conversación con el joven fue breve, pero reveladora. Él, sin conocer el significado de "FAL", explicó que los soldados habían escuchado a los guerrilleros gritar la sigla con desafío, convirtiéndola en un símbolo de resistencia.
Le pregunté
-¿Sabes qué significa FAL?
-No, -me contestó- pero escuche a los guerrilleros gritarles a
los soldados "aquí están la
FAL..(¡hijos de puta!). -Nos
reímos-.
¿Hasta dónde va usted?
-me preguntó-. Voy al Barrio San Sebastián ¡Nooo! ¡Ahí está yuca! No la van a dejar entrar los soldados.
El ingreso a territorio controlado
La llegada a Ciudad Delgado no fue sencilla. Mayra enfrentó su primer obstáculo en la parada de la farmacia "La Salud", en la calle principal. Soldados controlaban la entrada al Barrio San Sebastián, pidiendo documentos, interrogando y registrando a los transeúntes.
—"Mire, no la puedo dejar pasar. Ese barrio está bajo control de los guerrilleros" —dijo uno de los soldados.
—"Ahí está mi familia", respondió Mayra con firmeza.
Con astucia y determinación, logró atravesar el retén. Al llegar al corazón del barrio, se encontró con sus compañeros de lucha: "Cramer", "Damián", "El Pollo" y "El Cachito", quienes la guiaron al puesto de mando de las FAL, ubicado en la segunda planta de la tienda "Mauda", en la esquina del pasaje La Cruz.
Reunión con los comandantes: Decisiones cruciales
En la base, fue recibida por los radistas "Mao", "Chepito" y "Maritza", quienes le anunciaron la presencia de "Chepón" (Ramiro Vázquez), uno de los jefes de la FAL. La bienvenida fue cálida.
—"¡Bienvenida, Chelita!", exclamó Chepón. "Qué bueno que está aquí. Tenemos algunas inquietudes sobre San Marcos".
Mayra se reunió con los comandantes Chepón y "Logan" (Dagoberto Gutiérrez) para analizar la situación militar. La derrota en San Marcos y la posibilidad de un contraataque eran temas delicados. Sin embargo, la decisión fue clara: la capital estaba militarizada y retomar San Marcos era un riesgo inaceptable.
—"El factor sorpresa se rompió", sentenció Chepón. "Quédese con nosotros, no la voy a exponer".
El inicio del combate en Ciudad Delgado
Chepón llamó a "Federico" (Schafik hijo), jefe logístico, y le dio la orden de armar a Mayra con un AKM. El momento fue simbólico: un abrazo con Federico selló el compromiso de la combatiente con la misión que estaba por venir.
A las 6:00 de la mañana, el cielo sobre Ciudad Delgado se llenó de helicópteros y aviones A-37 y Fouga Magister. El rugir de las explosiones rompía la calma de la madrugada. Bombas y metralla cayeron sobre calles, casas y hasta el cementerio.
Los francotiradores de la Policía de Hacienda tenían posiciones estratégicas, particularmente en el viejo edificio de cartografía. Desde allí, obstaculizaban los movimientos de los guerrilleros. A lo lejos, una tanqueta disparaba desde la media cuesta de la ciudadela Don Bosco.
El sacrificio de "Julio": la pérdida de un camarada
En medio del fuego cruzado, Mayra avistó a "Julio", un compañero con el brazo vendado y sangrando.
—"¿Qué haces aquí? Te envié al hospital", le reprochó Mayra con preocupación.
—"Solo tengo unas esquirlas", respondió Julio. "El hospital está lleno de compas y civiles heridos, eso me deprime".
La conversación fue breve. El peligro era inminente. Un francotirador ubicado en cartografía tenía a los guerrilleros en la mira. Antes de que Mayra pudiera advertirle, Julio cayó sobre ella, atravesado por un disparo cercano al corazón.
—"¡Cubrite, que hay un francotirador!", había advertido, pero ya era tarde.
El impacto fue devastador. Un niño, de no más de 11 años, la ayudó a arrastrar a Julio fuera de la línea de fuego. Los policías de Hacienda celebraban con burlas y silbidos, sabían que habían dado de baja a uno de los combatientes.
Los compañeros no abandonaron a Julio. Bajo el mando de "Ray Poni", (quien se había negado a dar apoyo) corrieron por la orilla de un muro para llegar hasta donde estaba el cuerpo herido. Con esfuerzo y solidaridad, lo cargaron en dirección al hospital, pero la vida de Julio se apagó en el camino.
En la segunda curva de la cuesta del pasaje La Cruz, su cuerpo fue colocado al pie de un poste de tendido eléctrico. Mayra se despidió con lágrimas y un beso en la frente. Le cerró los ojos mientras sus compañeros también daban el último adiós.
El simbolismo de la resistencia
El sacrificio de "Julio" dejó una marca indeleble en la memoria de los combatientes. Su muerte simbolizó el costo humano de la lucha, el precio que muchos pagaron por un ideal, de uno u otro bando. Mayra y sus compañeros no podían detenerse. La batalla en Ciudad Delgado continuaba.
El testimonio de Jeny Arely Lemus Góchez, "Mayra", no solo expone la crudeza de la guerra, sino también la fuerza del compromiso con sus ideales. La lucha por la justicia social, la defensa del territorio y la camaradería en los momentos más oscuros emergen con fuerza en esta narración.
Reflexión final: Los nombres que la historia no olvida
El relato de Mayra es una memoria viva de la resistencia salvadoreña. No es solo una historia de guerra, es una historia de amor, lealtad y sacrificio de uno u otro bando. La muerte de "Julio" y el compromiso de los combatientes simbolizan el legado de una generación que decidió no rendirse, ambas partes sufrieron los terribles hechos de la guerra.
Este testimonio nos recuerda que detrás de cada batalla hay nombres, rostros y sueños, por ambas partes del conflicto armado. Mayra, Chepón, Julio y todos los que participaron en la lucha no son simples personajes de un relato bélico. Son la prueba de que, en medio de la adversidad, la solidaridad y la dignidad pueden prevalecer.
Homenaje a los caídos
Las palabras finales de este testimonio resuenan con fuerza:
Fuente: Jeny Arely Lemus Góchez, "Mayra"
Este artículo ofrece una mirada profunda, emotiva y humana sobre la vivencia de una exguerrillera en la guerra civil salvadoreña. Con un estilo narrativo e informativo, cada palabra busca rendir homenaje a los que participaron en tan despiado capítulo de El Salvador, tanto ejército como guerrilla. La memoria histórica es fundamental para comprender el presente y construir el futuro.
Espero este artículo haya sido de tu agrado y te invito a leer también sobre la batalla de Milingo.